10 de Octubre, 2022
Consiguió empleo por Facebook en Tasmania: ordeña 400 vacas por hora y descansa dos meses
Con sistemas de gran productividad, en establecimientos de Australia los empleados trabajan entre 40 y 45 horas semanales, seis de cada ocho días.

Martín Rostagno partió en 2018 desde Argentina hacia Nueva Zelanda para trabajar en establecimientos lecheros. Allí, fue gerente de grandes tambos y pudo aprender sistemas de manejo de alta eficiencia muy diferentes a los que se implementan en Argentina. Todo iba muy bien pero después un tiempo, sintió la necesidad de tomar otro rumbo.

“Estaba buscando cambiar de aire, cambiar de país, y un amigo me dijo que vaya a Australia, que los salarios eran más altos y que había un grupo de Facebook de productores de allí donde podía publicar mi búsqueda laboral. Así que conté ahí quién era, que hacía tres años que estaba en Nueva Zelanda como gerente de un tambo muy importante y dije que si alguien necesitaba un gerente o subgerente para la próxima temporada, que me llamara. En dos días tuve 30 ofertas de laburo”, contó en diálogo con Clarín Rural.

Con las propuestas en la mesa, hizo una preselección en base a cantidad de vacas del tambo, distancia a la ciudad y salario, entre otras cosas, y pautó entrevistas virtuales con 10 de ellas. A la final llegaron solo tres y finalmente se quedó con la oferta de Tasmania. “Tiene mucha proyección a largo plazo, hay varios escalones que yo puedo ascender, y en tres años, por ejemplo, ya puedo tener vacas a mi nombre o asociarme con el productor”, explicó Martín.

Previo paso por Argentina, donde estuvo durante dos meses visitando a familiares y amigos, en agosto desembarcó en Tasmania donde actualmente gerencia un tambo de 1.000 vacas en ordeñe. El campo queda en el noroeste de la isla a unos 15 minutos de la playa, un lugar con inviernos muy lluviosos y veranos bastante secos.

En el sistema australiano, las tareas se van realizando por estaciones, poniendo el foco en una sola área al mes. “En la época de parto, vos te concentrás en la crianza del ternero y en los problemas metabólicos como vaca caída, cetosis, hipomagnesemia, desplazamiento de abomaso… Una vez que termina eso, arrancás con la etapa reproductiva que es donde se insemina, un período que va de 6 a 10 semanas. Entonces, vos no estás todo el año detectando celos sino que ponés todos los cañones en esas semanas”, explicó. Una vez que pasan esas semanas de detección de celos, entran los toros de repaso, generalmente de raza de carne, Hereford o Angus, a los que sacan entre Navidad y Año Nuevo. “Lo que te queda hasta fines de mayo, que es cuando secás las vacas, es prácticamente solo ordeñe porque no tenés ningún nacimiento, ningún parto, no tenés que inseminar, no tenés que hacer nada”, destacó. Por eso, en esos esquemas de trabajo, solo se requiere una sola persona cada 200 a 250 vacas.

En época reproductiva, según contó, el porcentaje de vacas vacías ronda el 10% a 15% y el porcentaje de preñez que se alcanza en esas semanas “es muy alto porque estás concentrado solamente en esa actividad”.

Trabajar en Tasmania

En Australia, el pago generalmente es por hora, alguien que recién comienza recibe 28 dólares (locales) la hora, un equivalente a $ 5.610 por hora, más 10% de aportes jubilatorios que van a una cuenta, algo parecido a una AFJP, y que se pueden reclamar en caso de irse del país o tener como ingresos al momento de jubilarse en caso de quedarse.

“Además, te dan casa amueblada con todas las comodidades, electricidad y wifi, en otros lugares por darte esos servicios te descuentan entre 100 y 200 dólares a la semana”, destacó. Según relató Martín, “eso es solo para empezar, después, si te vas capacitando, vas tomando más experiencia y más responsabilidades, vas ascendiendo, y en algunos sectores los salarios van desde 80 a 100 o 150 dólares la hora”.

El equipo trabaja 6 días y tiene dos de descanso, entre 40 y 45 horas semanales. Por otra parte, al año de trabajo al trabajador ya le corresponde un mes de vacaciones.

Condiciones de vida

“Las casas en donde me tocó vivir, tanto en Nueva Zelanda como acá, son muy cómodas, muy grandes. A la que habito ahora la hicieron completamente nueva adentro”, señaló Martín.

Además, remarcó en tanto en Australia como en Nueva Zelanda “hay rutas por todos lados”. En Nueva Zelanda “te vas al tambo más recóndito del país y hay ruta, y donde no hay ruta tenés caminos de ripio que los mantienen todo el tiempo, y no hay peaje. En Australia también, entonces nunca te vas a encontrar con la situación de un camión estancado como por ahí en Argentina”, valoró.

A la hora de sopesar la decisión de haberse ido de su país natal para radicarse tan lejos, Martín expresó: “Estoy muy contento con la decisión de haber venido a Tasmania. En el campo donde estoy hay muchísima infraestructura. Mis jefes arrendaron el campo y tienen un contrato a ocho años así que están poniendo todo nuevo, desde alambrados a aguadas, todo, y cada cosa que necesito y que pido me dicen que sí, eso me da una libertad muy grande y comodidad a la hora de trabajar”, manifestó.

“El primer mes me regalaron un televisor de 58 pulgadas y un celular de alta gama porque el mío se me rompió, son muy generosos”, contó. “Yo estoy sorprendido porque hace un mes que estoy no más y ya me ofrecieron una segunda gerencia, estoy muy contento”, subrayó.

Por eso, piensa quedarse en Tasmania. “Acá tengo oportunidades a largo plazo: administrar otro tambo, un aumento de salario muy grande a partir del segundo año como gerente y la posibilidad de asociarme o comprar vacas luego del tercer año, son cosas que en otros países por ahí te toman mucho más tiempo”, argumentó.

Otra cuestión de peso para elegir ese destino es la calidad de vida que tiene allí. “Estamos muy cerca del mar, mi jefe me dijo que me va a llevar a hacer buceo, kitesurf y otros deportes de agua, es un maestro”, dijo. Además, destacó que el campo está ubicado junto a un bosque muy grande y bello con circuitos de mountain bike y caminatas. “A 10 kilómetros está Derby, una localidad que es la capital mundial del mountain bike, donde se hacen muchas competencias y viene gente de todo el mundo, así que ya me voy a comprar una bici para ir”, afirmó con alegría.

Estoy rechocho acá. El último tiempo en Nueva Zelanda extrañaba mucho Argentina, fueron tres años sin ver a mi familia y los últimos meses se hicieron muy duros”, reconoció Martín. Pero ahora, recién regresado de un paso por su país natal, señaló: “Te soy sincero, a las dos semanas de estar en Argentina es como que ya extrañaba mi rutina y mi tranquilidad, como que ya me quería ir de nuevo. Cuando te adaptás a una forma de vida tranquila, en la que todo funciona, donde no hay inseguridad, la plata te alcanza, no hay inflación, podés proyectar, te acostumbrás a eso y no querés saber más nada con volver”, confesó.

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