El abogado Ángel Luna, representante de la familia Condorí, explicó que “en la audiencia de hoy hablamos a partir de la búsqueda. Los medios probatorios vienen confirmando la acusación al imputado. A mi punto de vista la falta de iluminación es de vital importancia porque era nula y no tan solo dificulta encontrar a la víctima, sino que genera impunidad en ese momento del agresor”.
El 14 de abril de 2019, Sabina Condorí salió a comprar ají en polvo. Tenía 11 años, sonreía siempre y le gustaba la comida con ají. No regresó a su casa en el barrio Virgen Desatanudos, en el sur de La Rioja. Ante la desesperación de su familia, la comunidad salió a buscarla. Con linternas, por la falta de alumbrado en esa zona que reclama urbanización.
El cuerpo de la nena fue hallado en un baldío, a pocas cuadras de su hogar. La habían violado y asesinado. Fue el primer femicidio de una niña en La Rioja.
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