22 de Diciembre, 2021
La madre de Andrés Fassi se olvidó su cartera en una estación de servicio de La Rioja y el playero que la encontró se le envió hasta Córdoba

La familia del presidente de Talleres viajaba de San Juan a Córdoba y frenó en la pequeña localidad riojana de Chepes. Doña Hilda se dejó sus pertenencias en el sanitario y los empleados del lugar no dudaron en hacer todo para regresárselas.

En medio de tantas malas noticias que colman los titulares a diario, un buen gesto alegró a la familia de Andrés Fassi, presidente de Talleres. La semana pasada, mientras retornaban desde San Juan hasta Córdoba Capital, los Fassi frenaron en una estación de servicio de la localidad riojana de Chepes. Mientras cargaban combustible, Doña Hilda, la madre de Andrés, fue hasta el sanitario.

En un descuido, la señora olvidó su cartera (donde tenía su celular, importante documentación y dinero) y subió al auto para seguir rumbo a Córdoba. Cuando ya se habían alejado varios kilómetros del pueblo, llegó un WhatsApp al grupo de la familia, enviado desde el teléfono de doña Hilda, avisando que la cartera había quedado en Chepes. Cómo ya no podían volverse, empezó la logística para que las pertenencias regresaran a su dueña.

Yamila Fernández fue quien encontró la cartera en el sanitario y su compañero, Franco Argarañaz, sugirió que buscaran dentro de ella alguna indicación que les permitiera dar con la dueña. “Ni bien abrimos la cartera lo primero que vimos fue el celular. Como no tenía clave, lo primero que se me ocurrió fue entrar al WhatsApp para avisar en el grupo de la familia que yo la tenía”, contó Franco a La Voz.

Inmediatamente, una de las hijas de doña Hilda le llamó por teléfono para buscar la manera de juntarse nuevamente con el bolso de mano. Como todo esto ocurrió un domingo, y las frecuencias de colectivos a Córdoba desde el pueblo son pocas, la única opción era esperar al día siguiente para enviar la encomienda. “Yo no dudé en hacerlo, es lo que corresponde”, sostuvo Franco al ser consultado por su actitud.

El joven pagó la encomienda y permaneció en comunicación con los Fassi hasta asegurarse que la cartera ya estuviera en manos de doña Hilda. Una foto del bolso enviada por Hilda a Franco cuando ya la tuvo consigo, le devolvió la tranquilidad al playero.

Fuente: La Voz