29 de Octubre, 2021
Insano o impostor, los secretos del ”Hombre gato” que toma ocho litros de leche por día
Psiquiatras declararon que Gil Pereg tiene comportamientos diferentes, pero que “sabe muy bien lo que ocurre a su alrededor”

Dos psiquiatras, un médico y una psicóloga declararon que el israelí Nicolás Gil Pereg, acusado de matar a su madre y a su tía en enero de 2019 en Mendoza, se mostró "consciente de sus actos", "conectado" y "lúcido" en las entrevistas que mantuvo con ellos, aunque admitieron que sus comportamientos son "diferentes" o "extraños", no obstante lo cual no lo escucharon maullar como hizo en distintas audiencias judiciales y en la de inicio del debate oral.

El acusado "sabe muy bien lo que ocurre a su alrededor", manifestó ante el jurado popular Juan José Vilapriño, quien era director del hospital de salud mental El Sauce, de Mendoza, cuando Gil Pereg fue derivado desde el penal San Felipe. El psiquiatra aseguró que solo el día que fue trasladado maulló, aunque nunca más volvió a hacerlo. Es juzgado por los asesinatos de su madre, Pyrhia Saroussy, de 63 años, y de su tía, Lily Pereg, de 54, cuyos cuerpos fueron encontrados, enterrados, el 26 de enero de 2019 en el predio en el que vivía Gil Pereg.

"Vi que siente que es un gato, también vi alteraciones, delirios y vi que utilizaba esto para tener un beneficio", consideró el profesional. Al momento de fundamentar los motivos por los cuales cree que Gil Pereg entiende lo que sucede a su alrededor, Vilapriño contó una situación: "Una vez no quiso hacer un test sobre un papel, yo le dije que entonces volvía al penal y pidió hacer el dibujo".

"Pereg está en condiciones de alta y de poder volver al penal", agregó el psiquiatra, quien admitió que si bien "tiene alteraciones de juicio y algunos aspectos de su vida no los comprende hay otros que sí. En psiquiatría no es blanco o negro". Y agregó: "La internación en ese lugar fue porque tenía dificultades para que se hiciera el tratamiento en la penitenciaria. En el hospital -donde actualmente continúa internado- era el único detenido de la Alcaidía. En ese lugar solicitó no poner inodoro porque lo hacía en la celda, además llego a pedir ocho litros de leche por día".

Antes de ese testigo, expuso ante el jurado y la jueza técnica Laura Guajardo, el médico del penal San Felipe Sebastián Della Torre, quien evaluó a Gil Pereg. "No tenía patología psiquiátrica hasta el momento de su internación en El Sauce. No fue la misma persona en los distintos momentos, conmigo mantuvo un trato normal", recordó. En tanto, sobre la personalidad del israelí, agregó: “No lo determiné como una persona peligrosa, sí vi indicadores de riego para él y su entorno”. Además dijo que el imputado tenía reacciones “paranoides” y fuera de lo común: “Una vez escribió mi nombre con materia fecal en su celda, en el módulo 3″. Contó ese médico que el acusado del doble homicidio “dibujaba diversos símbolos en la pared”. Della Torre concluyó que "la mayoría de sus acciones las hace consciente".

Por su parte, una de las peritos oficiales, la psiquiatra del Cuerpo Médico Forense (CMF) Ana Interlandi, quien examinó al acusado tras su arresto, dijo que "estaba lúcido, se podía comunicar, mantener un diálogo" y que no se detectaron "alteraciones". Consultada sobre si el hombre tenía un juicio critico de lo que está mal o bien, la psiquiatra afirmó: "Gil Pereg sabía de sus actos, un loco no puede mostrar interés hacia afuera". La profesional admitió que el acusado "no tiene conductas normales" y que "tiene un modo de ser diferente". Finalmente, la psicóloga oficial Gema Lara, quien entrevistó al menos en cinco oportunidades a Gil Pereg, fue contundente al afirmar que no observó "ningún tipo de alteración" de parte del imputado, quien "prestó colaboración" y no le dio problemas.

 

Al igual que en las últimas dos audiencias, Gil Pereg no estuvo presente en la sala, ya que el pasado martes, no paró de "maullar" y la jueza Guajardo dispuso que quedara alojado en una celda del Polo Judicial mendocino, desde donde sigue el debate de manera virtual.

Durante la mañana declararon también el director del Registro Provincial de Huellas Genéticas y Digitalizadas (Rphgd) de Mendoza, quien dijo que existió coincidencia entre el ADN extraído de una mancha de sangre hallada en ropa del israelí con el encontrado en un cepillo de dientes de su madre, secuestrado en un departamento que ella y la tía del acusado alquilaron en la capital provincial cuando viajaron desde Israel a visitarlo. También expusieron dos peritos de la Policía Científica acerca de las armas halladas en la casa en la que vivía Pereg.